ArtistaMatthis, Léonie

Impresionada por el paisaje y el pasado argentino, se informó con documentación de la época para pintar: sus obras reconstruyen escenas de la historia argentina: su obra se basó en “el estudio del pasado, su reconstrucción y su evocación por medio de la pintura”

Léonie Matthis, pintora francesa, nació en Troyes, Francia en 1883.
Esta genial artista francesa, desde muy joven se interesó por la pintura y dedicó lo mejor de su obra a la Historia Argentina.

Fue una de las primeras mujeres admitidas por la Academia de Bellas Artes de París. Siendo todavía estudiante solía viajar a España, país que marco el rumbo de su obra y su vida. Allí se despertó su interés por la arquitectura y la luz y conoció en Granada, en 1910, al pintor retratista asturiano Francisco Villar, quien desde los once años vivía en Argentina. Se casó con él y se instaló en Buenos Aires en 1912, con 29 años.

Hizo muchos viajes por Latinoamérica, entre ellos la quebrada de Humahuaca y Tilcara. En 1939 pasó por Perú y Bolivia. Era miembro de la Sociedad de Historia de Bolivia. Su estilo retrata la época colonial en Argentina. Después de vivir un tiempo en la ciudad de Buenos Aires, se mudó con Villar a una quinta en Turdera (Llavallol), a una casona que todavía conserva parte de su estructura original en la intersección de las calles Juan B. Justo y Germán Kurt, frente a los paredones de la fábrica de vidrios VASA.

Tuvieron nueve hijos, a pesar de lo cual nunca dejó de pintar. Comenzó con vistas urbanas y luminosos paisajes de la Quebrada de Humahuaca. A comienzos de 1920 comenzó a viajar por el país a lomo de burro, junto a sus hijos. Impresionada por el paisaje y el pasado argentino, se informó con documentación de la época para pintar: sus obras reconstruyen escenas de la historia argentina: su obra se basó en “el estudio del pasado, su reconstrucción y su evocación por medio de la pintura”, y con esa filosofía llegó a pintar más de 200 cuadros (expuestos en casi cuarenta exposiciones individuales) que recorrieron las galerías más importantes del mundo, como las de Müller y Witcomb.

Inició sus series históricas, obras de gran valor iconográfico y poético, evocando el período colonial, los años de la organización nacional, la historia de la Plaza de Mayo, las Misisones Jesuíticas, el Potosí y el Cuzco precolombino. Pintaba al gouache y acuarelas, el gouache es una acuarela opaca, donde los colores claros y las luces se consiguen por medio del color blanco; es una técnica parecida al óleo, pero al secarse, los colores ofrecen una tonalidad más clara, de aspecto opalino (blanco azulado con reflejos irisados).

La acuarela es una pintura sobre papel o cartulina con colores transparentes, según la cantidad de agua en la mezcla; al emplear la pintura por capas transparentes, se logra mayor luminosidad y brillantez. Menuda, inquieta y de grandes ojos celestes, fue la primera mujer candidata al premio Roma. Sus obras siguen siendo hasta el día de hoy reproducidas como postales cuando se acercan fechas patrias, pocos vecinos de las inmediaciones de lo que fue su mansión saben quién era, y qué hacía.

Sin embargo, Léonie amó este suelo y esta historia, más aún que a su tierra natal. En 1919 obtuvo el Primer Premio en el Salón Nacional. Falleció el 31 de julio de 1952, dejando inconclusa una serie dedicada a la vida de Cristo. No hubo flores en su funeral, la muerte de Eva Perón había dejado sin flores a Buenos Aires.